La adolescencia se presenta como una etapa de cambios, de
poca estabilidad emocional, en la que la adquisición o abandono de hábitos
depende mas de la “moda” que de decisiones propias. Esta situación que se da en
otros aspectos de la vida de los jóvenes, también se refleja en la
alimentación.
Suele ser una etapa
en la que prima el deseo por la comida de cafetería, los bocadillos, las
hamburguesas, etc. esto supone el abandono de la “buena comida de casa” para
pasar al “yo como lo que me gusta”.
Esta situación de poca estabilidad psicosocial lleva a
cuestionarse a “uno mismo”. Es el momento de la vida en que uno se acepta o no
tal como es: gordo, flaco, alto, bajo, etc. pero en este aspecto también
influye la moda y así empiezan los problemas.
1.- realización de
regímenes dietéticos desequilibrados: frecuentes con el fin de
adelgazar independientemente de que exista sobrepeso o no. También hay muchos
adolescentes que se introducen en el vegetarianismo sin suficiente conocimiento
y ningún tipo de complemento, lo que lleva a deficiencias en energía y
proteínas, en grasas, etc. en esta situación, el organismo utiliza proteínas
propias como fuente de energía, lo que supone pérdida de masa muscular,
disminución de la tasa de crecimiento y desarrollo físico y retraso en la
maduración sexual. En estos casos cobra mayor importancia una buena educación
nutricional y alimentaria. Si bien es perfectamente factible llevar una
alimentación libre de productos animales en esta etapa de la vida, los
adolescentes deben conocer como suplir y corregir la alimentación cuando se
deciden por una opción alimentaria restrictiva o modificada.
2.- irregularidad
en el patrón de comidas: eliminación de alguna comida al día, es muy típico en esta edad
eliminar el desayuno.
3.- “picoteo”
entre horas: al eliminar alguna comida, comen entre horas, abusando del
consumo de snacks u otro tipo de alimentos de escaso valor nutritivo.
4.- abuso de
comidas rápidas o “fast food”: este tipo de comidas tiene un elevado
valor calórico, una adecuada proporción de proteínas de buena calidad y un
exceso de grasas. En cambio el contenido de algunos micronutrientes como
el Ca, vit. A y C, y fibra es escaso. Lo
aconsejable es limitar su número y compensar posibles desequilibrios con
comidas caseras.
5.- consumo de
alcohol: algunos adolescente ingieren cantidades variables de alcohol,
sobre todo en fines de semana, que aporta calorías y tiene efectos como:
- sobre el apetito, porque se reduce la ingesta de
alimentos.
- modificaciones sobre la biodisponibilidad de determinados
nutrientes.
6.- trastornos
alimentarios: hay muchas mas incidencia en estas edades y sobre todo en
chicas. Los trastornos mas importantes son:
- la anorexia nerviosa: es un trastorno que ofrece una
distorsión de la imagen corporal. Es un síndrome que se caracteriza por un
adelgazamiento voluntario, cuyo origen es una disminución importante de la
ingesta de alimentos por un miedo obsesivo a engordar. Afecta a uno de cada
cien adolescentes de entre 12-18 años, fundamentalmente chicas. En la segunda
etapa de la adolescencia las consecuencias pueden llegar a ser muy graves. Es
una enfermedad que debe diagnosticarse y tratarse desde dos niveles
complementarios: el de la nutrición y el psicológico. A pesar de que el origen
de la anorexia es principalmente de índole psicológica.
- la bulimia es un trastorno de la alimentación que cursa
con hiperfagia (comer compulsivamente, mucha cantidad). Se come sin apetito y
generalmente a solas y a escondidas.
7.- situaciones
especiales. Existen situaciones especiales como son:
- el embarazo durante la adolescencia puede provocar
desordenes nutricionales debido a la inmadurez del cuerpo femenino en esta
etapa. Las adolescentes embarazadas
tienen mayores necesidades nutricionales que las embarazadas adultas debido a
que son los organismos que están en crecimiento, el de la madre y el del feto.
El embaraza durante la adolescencia obliga a suplementar la dieta en algunos
nutrientes para cubrir las necesidades tanto del feto como de la madre. Se
recomienda una ración energética que oscile entre 2450-2650 Kcal/día, para
compensar todos los gastos. Recientes estudios han demostrado que en
adolescentes embarazadas en necesario aumentar en 300 Kcal/día la ración
energética de un adolescente sano, y además aumentar en 10-16 gr la ración
diaria de proteínas. También deben cuidarse las raciones aportadas de vitaminas
y minerales. Se debe poner especial cuidado en mantener adecuados niveles de
zinc y de acido fólico.
- el acné: las
“espinillas” y los “puntos negros” son propios de la adolescencia. En su
formación intervienen la testosterona, las glándulas sebáceas y otros factores
como el estrés o el momento del ciclo menstrual, etc. tradicionalmente se ha
culpado a la dieta de los adolescentes de la aparición del acné. Sin embargo,
estudios cuidadosamente controlados no han conseguido comprobar esta
correlación. A pesar de que no se tiene todavía claro el papel del zinc en el
desarrollo y tratamiento del acné, es posible que su déficit de lugar a un
aumento de la producción de ácidos grasos libres en el folículo pilo sebáceo.
Ciertos estudios han encontrado valores bajos de zinc en quienes padecían acné
severo, lo que sugiere que la de deficiencia de zinc aumenta este trastorno.
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