Los mejores depurativos naturales:
Desde tiempos remotos las distintas civilizaciones han recurrido a sistemas depurativos, el más antiguo es ni más ni menos que el ayuno.
Como hacen los animales siguiendo su instinto, asimismo el hombre también sabe que hay veces en que es mejor no comer, y esta táctica se ha venido empleando de forma natural. Sencillamente ante una indisposición estomacal, indigestión o pesadez, saltarse una o dos comidas suele devolver la normalidad al estómago.
Los practicantes de yoga, así como entre los budistas, emplean el ayuno estricto como método regular para depurar el organismo, y en muchos casos lo ponen en práctica un día a la semana de forma regular.
Ante la necesidad de no tener que procesar alimentos, el cuerpo se dedica única y exclusivamente a regenerarse y limpiarse. En efecto, el ayuno tiene sus indicaciones saludables y muchos lo tienen como un sistema periódico de su estilo de vida.
No obstante, no es el más idóneo para las personas activas y en especial para aquellas que se entrenan con rigor para desarrollar sus cuerpos, porque pasarse muchas horas sin comer nada puede desencadenar una etapa de catabolismo y el organismo se fagocitará a sí mismo.
Es cierto que pasar un día en ayunas permite que el cuerpo destine todos sus recursos a la autolimpieza, se libere de deshechos y los órganos digestivos se tomen un respiro de la actividad cotidiana, con frecuencia pesada en exceso. Pero existen medios para que el cuerpo se limpie y regenere sin tener que llegar al extremo de la abstinencia total de sustancias nutricionales, por otro lado tan necesarias para los que se entrenan con objeto de desarrollar músculo.
Si hacéis uso de las frutas, verduras y plantas podréis perfectamente llevar a cabo una depuración natural y a fondo de los sistemas corporales, al tiempo que reforzáis vuestro sistema inmune y dais un empujón considerable a vuestra capacidad de crecimiento.
Puesto que más vale prevenir que curar, mi recomendación es que incluyáis ciertas frutas y verduras de forma asidua en vuestra dieta, no sólo porque con ellas aumentaréis el aporte de fibra, vitaminas, minerales y otras sustancias muy valiosas en la alimentación humana, sino para favorecer los procesos de limpieza y regeneración cotidianos y evitar llegar a situaciones de intoxicación celular acumulada que obligue a tener que realizar una limpieza a fondo.
Alimentos y plantas más depurativos
La cebolla: Usada desde milenios en la cocina y medicina popular, la cebolla se emplea para tratar trastornos tan diversos como el catarro, la gota y las infecciones, hasta la protección de ciertos tipos de cáncer. Limpia la sangre, fortalece el estómago y protege contra enfermedades cardiacas al evitar los coágulos sanguíneos, previene las inflamaciones causadas por diversas alergias y el asma, reduce el colesterol y la presión arterial.
El limón: Las propiedades del limón son tantas que es imposible recogerlas aquí. Posee propiedades desinfectantes y antisépticas y se emplea desde tiempos inmemoriales para depurar y reforzar el organismo. Suen Harmstrong afirma en su libro dedicado a la cebolla, el ajo y el limón que este cítrico “es el más terrible enemigo del estado reumático, gotoso, palúdico, escrofuloso, sifilítico, canceroso, artrítico, catarral y febril infeccioso“. Otros autores aseguran que favorece la digestión, limpia el intestino, corta la diarrea, etc.
El ajo: Es un potente desinfectante y antiséptico, para algunos más que el alcohol. Elimina los parásitos intestinales, protege contra la colitis, la diabetes, las enfermedades de corazón, además de fortalecer los pulmones, el estómago, los riñones, el páncreas y el corazón.
La sandía: Es una fruta con grandes propiedades diuréticas, activa la función renal y coadyuva en la eliminación de deshechos del colon.
El kiwi: Rico en enzimas digestivas, vitamina C y fibra, favorece el tránsito intestinal y la presión sanguínea.
La zanahoria: Rica en betacaroteno y fibra, es astringente y evita la diarrea, estimula la actividad del hígado, posee grandes propiedades antioxidantes y reduce el colesterol.
La alcachofa: Activa el sistema digestivo, mejora la función biliar y hepática, así como la renal.
El arándano: El zumo de arándano evita que la bacteria E coli se adhiera a las células endoteliales del tracto urinario y así previene la cistitis, una infección habitual del tracto urinario.
La piña: Rica en bromelaina, una enzima proteolítica que disgrega las
proteínas. Favorece la digestión y ayuda a la eliminación de restos de materias parcialmente digeridas en el tracto digestivo.
La ciruela: Favorece el tránsito intestinal, ayuda a eliminar las concentraciones de sales biliares en las heces, reduce el nivel de colesterol.
La manzana: Muy rica en fibra soluble, favorece el movimiento del intestino, regula el nivel de colesterol, corta la diarrea, ayuda en la normalización del pH.
La papaya: Fruta tropical rica en enzima proteolítica, la papaína, que disgrega las proteínas. Constituye un remedio tradicional, y efectivo, para tratar la indigestión, combate la acidez de estómago y contiene 5 veces más vitamina C que una naranja.
El orégano: Es muy útil en las dolencias de la vesícula biliar, del estómago, del intestino, así como en las diarreas.
El romero: Estimula la actividad del hígado y de la bilis.
El tomillo: Es un protector natural del intestino y evita las fermentaciones y putrefacciones de los residuos alimentarios, a la vez que facilita la digestión y evita la formación de gases.
El cilantro: combate la atonía gastrointestinal y se usa como tónico estomacal.
El eneldo: es digestivo, diurético y antiespasmódico. Favorece la expulsión de gases intestinales.
El hinojo: estimula la formación de jugos gástricos, combate las flatulencias, mejora la digestión y la diuresis.
El comino: Excita la actividad del estómago, estimula el peristaltismo, es decir el movimiento del intestino, y está indicado en el tratamiento de los cólicos.
El apio: Favorece la secreción biliar, previene los cálculos renales y es diurético.
La menta: Mejora la gastritis, el flato y constituye una buena ayuda para la función del hígado y vesícula biliar, además de estimular la digestión.
El cardo mariano: Es el más poderoso protector del hígado que se conoce.